Soy una persona escéptica… No creo en la religión ni en el amor eterno, que además parecen compartir pasiones parecidas, la amistad parece estar perdida entre las discusiones y la vida aparentemente es algo efímero y fugaz… hoy mi esperanza y mi optimismo se vieron duramente golpeados por la cruda realidad, pues una buena amiga intento renunciar a eso que a lo que todo nos aferramos, pues al fin y al cabo es lo único que tenemos… la vida…
Uno no sabe cómo reaccionar ante una noticia así, no sabe si llorar o simplemente odiar a aquella persona que contempla y ejecuta un acto tan increíblemente egoísta, debo admitir que mi ira y tristeza – hoy – superaron cualquier otro sentimiento, mi escepticismo ha confirmado que por más que creas que eres cercana a una persona, todos guardan el puñal en la mano y te hacen daño de la manera más inesperada. Debo confesar que he llorado toda la mañana, sin saber como asimilar sus palabras, pues su apatía me sorprende… no se como concluir, no se con que terminar… es necesario?
domingo, 6 de julio de 2008
miércoles, 2 de abril de 2008
Una historia común
Ella era pequeña y arrugada como una uva pasa, una gorra roja cubría su pelo grisáceo y cuando se acercaba a la ventana olía a queso rancio, era un olor característico, pero era cuestión de un rato para que no molestara más; su nombre nunca surgió en la conversación, pareció ser poco importante, de cualquier manera de qué sirve un nombre cuando solo se trata con extraños.
Ella dijo tener tantos años como para haber perdido la cuenta, y su falta de audición y ojos nublados lo confirmaron, aún así tenia suficiente vitalidad para correr detrás de un carro por unas pocas monedas, “hay algunos que me dan un billetico” - me dijo – “ese sirve pa´l arriendo de la pieza, pero algunas niñas me traen un mercadito, con eso puedo ahorrar y no quedarme colgada...” luego se alejó de mi ventana un segundo para ver si venia algún carro a parquear, luego se asomaba de nuevo y parecía emocionada de que alguien estuviera dispuesto a oír sus historias, tanto así, que dejo pasar un par de carros.
Nació y vivió toda su vida en Bogotá, probablemente “colgará lo guallos” en ésta ciudad también, según ella, no falta mucho para que eso pase. Se disculpó por molestarme más de una vez, y aunque dije que no tenía importancia, ella no lograba oírme y se limitaba a repetirlo cada vez que llegaba mi ventana. Me contó historias de sus muchos amores, un esposos fallecido por la pena de la muerte ajena, y un viejo amor que termino de cura y hasta hace poco la visitaba para darle algo de dinero “Yo cuidaba el parqueadero al frente de su parroquia y él me daba comidita, un día lo deje de ver y luego un chino me dijo que el curita había colgado los guallos, yo ni me enteré, al parecer dizque eso los entierran bajo el altar” – me dijo, y con una voz triste añadió – “desde ahí me quedé solita.”
“Es que a mi Dios me hizo cargar con un peso como el de Jesús” –afirma ella- Aún así, cuida el parqueadero con una sombrilla como su única defensa, y en medio de risa me demostró como logró un día deshacerse de unos jóvenes que querían el parqueadero, “esos chinos consumen de todo, y no cuidaban los carros sino que ellos mismos los robaban, la gente dejó de venir al parqueadero y yo le recé a mi Diosito que me mandara unos carritos pa´ poder pagar la pieza, y como tres meses después la gente comenzó a aparecer.” Luego comenta que lleva 20 años cuidando carros, y que no sabe hacer nada más, y aunque la policía la ha “corrido” de varios sitios, ella se mantiene fiel a su oficio, y promete cuidar los carros ajenos a cambio de un par de monedas que le permitan pagar la renta, y por que no, una comida.
Ella dijo tener tantos años como para haber perdido la cuenta, y su falta de audición y ojos nublados lo confirmaron, aún así tenia suficiente vitalidad para correr detrás de un carro por unas pocas monedas, “hay algunos que me dan un billetico” - me dijo – “ese sirve pa´l arriendo de la pieza, pero algunas niñas me traen un mercadito, con eso puedo ahorrar y no quedarme colgada...” luego se alejó de mi ventana un segundo para ver si venia algún carro a parquear, luego se asomaba de nuevo y parecía emocionada de que alguien estuviera dispuesto a oír sus historias, tanto así, que dejo pasar un par de carros.
Nació y vivió toda su vida en Bogotá, probablemente “colgará lo guallos” en ésta ciudad también, según ella, no falta mucho para que eso pase. Se disculpó por molestarme más de una vez, y aunque dije que no tenía importancia, ella no lograba oírme y se limitaba a repetirlo cada vez que llegaba mi ventana. Me contó historias de sus muchos amores, un esposos fallecido por la pena de la muerte ajena, y un viejo amor que termino de cura y hasta hace poco la visitaba para darle algo de dinero “Yo cuidaba el parqueadero al frente de su parroquia y él me daba comidita, un día lo deje de ver y luego un chino me dijo que el curita había colgado los guallos, yo ni me enteré, al parecer dizque eso los entierran bajo el altar” – me dijo, y con una voz triste añadió – “desde ahí me quedé solita.”
“Es que a mi Dios me hizo cargar con un peso como el de Jesús” –afirma ella- Aún así, cuida el parqueadero con una sombrilla como su única defensa, y en medio de risa me demostró como logró un día deshacerse de unos jóvenes que querían el parqueadero, “esos chinos consumen de todo, y no cuidaban los carros sino que ellos mismos los robaban, la gente dejó de venir al parqueadero y yo le recé a mi Diosito que me mandara unos carritos pa´ poder pagar la pieza, y como tres meses después la gente comenzó a aparecer.” Luego comenta que lleva 20 años cuidando carros, y que no sabe hacer nada más, y aunque la policía la ha “corrido” de varios sitios, ella se mantiene fiel a su oficio, y promete cuidar los carros ajenos a cambio de un par de monedas que le permitan pagar la renta, y por que no, una comida.
martes, 18 de marzo de 2008
Just like nicotine
I’ve been forgetting about myself, sort of been lost in anonymity and wondering where I left all my mental capacities, weird enough is not a dark place where I am, it is that place around the corner, that you find so familiar and yet, so far away… I don’t understand how or when it happened; it is a permanent sensation, like when you smoke a cigarette and it leaves you dizzy, is an addictive sensation… it’s a nice place.
jueves, 31 de enero de 2008
ciudad grande?
Como se han podido dar cuenta yo soy Bogotana, y fiel amante de las grandes ciudades, caóticas y ocupadas, hoy hablaba con un amigo, el es de un pueblo que queda como a una hora, el pueblo se llama Choachí. Me contaba mi amigo que cualquier día con excepción del domingo (q es día de mercado), el pueblo es un pueblo solitario, y cuando se ven las calles, parecen grandes corredores desocupados… y me pregunto que se sentirá vivir en un pueblo que de la sensación de casa desocupada…Esta ciudad es más un edificio superpoblado, un pequeño y desordenado rincón del mundo, en el que se encuentran todas las sorpresas, aún así es un mundo increíblemente limitado, en el que nos movemos en un mismo piso, sin variar… No podría vivir la vida de pueblo, no soy muy amiga de las casas grandes y desocupadas, me dan frío y una terrible sensación de inutilidad… pero a veces me pregunto como variar un poco, como cambiar de piso en el edificio superpoblado en el que vivo, como salir de mis infinitos doce metros…
lunes, 28 de enero de 2008
Perdida (aunque feliz)... curioso...
Ando perdida… ando perdida en el mundo, en la ciudad, en el trabajo y en mis pensamientos. Estoy felizmente escondida en los rincones de mi mente y del exceso de ocupación, porque pocas veces nos da la vida la oportunidad de entender que el lugar en el que estamos no siempre es el rincón más oscuro, ni es una tarde lluviosa, ni un callejón sin salida. Ando con un desacostumbrado optimismo porque los caminos y las oportunidades que se presentan, a veces, solo a veces, se muestran verdes y soleados. En este momento me siento alejada de la realidad cotidiana, y aunque mi acostumbrada nostalgia arremete contra mi alma en algunos momentos, debo admitir que estoy alejada de los grandes horrores y de los tonos grises y tierra que muestran los noticieros en la televisión, y a veces creo que me quejo demasiado… creo que a todos nos pasa…
Bueno… me disculpo por mi prolongada ausencia, y prometo no perderme en los rincones de mi mente por tanto tiempo… ya me hacían falta mis doce metros…
Bueno… me disculpo por mi prolongada ausencia, y prometo no perderme en los rincones de mi mente por tanto tiempo… ya me hacían falta mis doce metros…
jueves, 17 de enero de 2008
...
Hoy no hablare de la ciudad, ni del mundo, de hecho, de ningún lugar, hoy estoy sentimental…. He fumado como una puta encarcelada (disculpen la expresión) y he tomado hasta caer… la soledad me pateó el alma y el optimismo usual decidió esconderse bajo 3 metros de tierra… Es uno de esos días en los que el mundo te manda a comer mierda y de repelente sientes ser victima de la vida; estúpida depresión (serán las ridículas hormonas?)… no entiendo como el pasado puede todavía enfermarnos, como nos lleva a creer cosas falsas, como extrañamos situaciones que probablemente nunca fueron del todo ciertas (el poder de idealizar). Hoy quiero llorar hasta dormir, no se como dejar atrás pensamientos que debieron ser descartados, no se como olvidar…
martes, 8 de enero de 2008
Mentes Mojadas...
La esquizofrenia climática de esta ciudad puede contagiar a cualquiera, hoy desperté y el increíble sol de la mañana me animó a pararme de la cama, cuando salí de la casa todo parecía parte de un bonito cuento, el trafico se movía (nada como los primeros días de enero que todo el mundo sale de la ciudad), la gente se siente más amable y relajada cuando el día es soleado, y todo parece fluir… pero a medida que avanzo el día las nubes se acercaron lentamente (como suele pasar en esta ciudad de locos), y junto con ellas cambia la personalidad de la ciudad, de repente se notan mas los huecos de las calles (no porque se vean, sino porque se esconden bajo el agua y uno los coge todos), se ve la gente agolpada debajo de los puentes tratando de protegerse de la lluvia, otros estan tapados por las horribles sombrillas que ni cubren suficiente ni son bonitas (hay quienes todavia creen que son accesorios), y ademas se acentua el doble las carácteristicas animales de la gente, quienes manejan como burros, razonan como simios y tienen el humor de un perro rabioso y mojado. Pero todo cambia cuando por fin encuentras un lugar seco donde sentarte, y mejor aún si puedes acompañar la lluvia con un cigarrillo y un buen café... el tono cambia y el sonido del agua es casi melodico y de repente la tarde lluviosa es sólo un poema de gente mojada, calles transitadas y mentes ocupadas, que no pueden dedicar un segundo a disfrutar la locura de clima bogotano que da mil posibilidades y ánimos en un mismo día.
lunes, 7 de enero de 2008
Despues de vacaciones
Después de una semana en clima caliente vuelvo a mi querida Bogotá, y digo querida con un cierto tono sarcástico, pues aunque amo mi ciudad natal, no hay quien tolere el tráfico, el smog, y el estrés colectivo del que sufre esta ciudad. Pero la realidad de esta ciudad también tiene su encanto, después de días vacíos al frente de una piscina, comienza uno a extrañar la ajetreada vida citadina pues todo buen descanso tiene un limite (el aburrimiento).
En Bogotá hay muchas cosas por hacer, solo pararse en la calle ya es suficiente entretenimiento, se puede observar todo un zoológico transitar por las ocupadas calles de la ciudad (y si, digo zoológico, pues los seres humanos somos capaces de emular todas las características animales imaginables), también existe la posibilidad de disfrutar de un excelente café (personalmente soy fan de los nevados de Juan Valdez pero cuando se habla de café prefiero mil veces oma), salir a bailar en uno de los miles sitios que hay destinados para tal propósito, salir a cine, por una buena cerveza, o a emborracharse hasta caer, rock al parque para quienes son amantes de ese plan, temporadas de opera, teatro… o mi plan favorito: caminar y simplemente ver a la gente, inventar vidas, historias, situaciones…y de vez en cuando hablar con un extraño y oír la historia de su vida… amo la ciudad, amo bogotá, y espero amar este nuevo año…
En Bogotá hay muchas cosas por hacer, solo pararse en la calle ya es suficiente entretenimiento, se puede observar todo un zoológico transitar por las ocupadas calles de la ciudad (y si, digo zoológico, pues los seres humanos somos capaces de emular todas las características animales imaginables), también existe la posibilidad de disfrutar de un excelente café (personalmente soy fan de los nevados de Juan Valdez pero cuando se habla de café prefiero mil veces oma), salir a bailar en uno de los miles sitios que hay destinados para tal propósito, salir a cine, por una buena cerveza, o a emborracharse hasta caer, rock al parque para quienes son amantes de ese plan, temporadas de opera, teatro… o mi plan favorito: caminar y simplemente ver a la gente, inventar vidas, historias, situaciones…y de vez en cuando hablar con un extraño y oír la historia de su vida… amo la ciudad, amo bogotá, y espero amar este nuevo año…
Suscribirse a:
Entradas (Atom)